La iglesia de Ceske Budojovice
en la incandescente tarde de los vivos,
entre Cesky Krumlov y Praga.
Su torre separada,
el frescor del umbral, el hedor
de las flores corruptas
bajo la imagen de un via crucis,
y ese joven
sentado en un banco, cabizbajo, orando
al otro lado de todos y de todo.
También el desamparo.
El desamparo es saber que no estás, es
no lograr hallarte en esta iglesia
ni en la sinagoga de ayer
ni en ningún otro lugar.
En tu búsqueda, ayer
levanté la piedra y quebré el leño,
hoy, en esta iglesia, como ayer,
junto a ese silencio cabizbajo,
sólo hallé desamparo.
jueves, noviembre 10, 2005
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