martes, diciembre 29, 2009

Diciembre

Trenes que nos seducen en la noche,
luces sobre los árboles, interminables colas
y unas pocas palabras que nos mantienen vivos.
Diciembre es una casa que no espera visita,
una casa donde el frío penetra
cualquier recoveco de la memoria.

Seguimos por aquí para otros asuntos
y por si acaso,
..................aunque en ocasiones
uno no sepa cómo pasar página.
Y en esta dinámica de fluídos
en la que va convirtiéndose todo,
todo es ya fantasmal, imaginario velo,
tercas ficciones de violín y muerte.

Es sabido que este ahora y aquí,
este asunto de signos y mentiras,
tiene una ruleta entre sus raíces,
que imitamos palabras de interiores
que no son nuestros
y que, de tanto imitar, terminamos
trazando garabatos, tristes caricaturas
de lo que alguna vez pudimos ser
entre puñales y rostros azules.

Diciembre termina como si nada,
inocente como la empuñadura
de un revólver, culpable igual que un nombre,
tan inextinguible como el dolor,
tan raro como no morir de vida.

Nadie nos advirtió sobre la lentitud de esta ruleta.

diciembre 29, 2009

martes, noviembre 24, 2009

Tratado de nocturnidades



Vuelvo aquí, presuntuoso, con las manos forzadas
y la garganta seca de comienzos culpables,
subjuntivo y ubicuo como la noche,
como quien nunca estuvo,
como si aún fuera posible desparramarnos,
nombrarte en una palabra imposible,
caminar todo el mapa del deseo
entre pergaminos y ambigüedades
apelando a un fracaso más.

Igual que se regresa cuando nada nos queda
vuelvo aquí, entre palabras y lunas,
traspapelado, susurrando
estos gestos grotescos y a destiempo,
sabiendo que nada quedará indemne
entre nosotros.

Subjuntivo y a destiempo vuelvo aquí.
He sobrevivido para volver.
Nuestro puede ser un nombre o una casa,
tal vez también lo sea
este dolor que inventariamos
entre dos silencios desconocidos.


noviembre 19, 2009

domingo, octubre 04, 2009

El idioma salvaje de las sombras

Miro la vida desde una ventana,
las calles y la noche,
el chico ruidoso del burger
recogiendo las sillas de la acera,
la pareja que pasea en silencio
su amor libre de herrumbre.
Miro una vida que nunca he vivido,
fotografías como víctimas
de un tiempo de almonedas y cintura,
la cabalgata de los mercaderes
por la que nunca quise transitar,
el idioma salvaje de las sombras.
Escribo y miro, y miro y voy pasando,
como la noche pasa sobre todas las calles,
sobre todos nosotros,
como la ciudad pasa a ser otra en la noche
y la noche avanza desuniendo almas,
y sé que su lenguaje —esqueleto obstinado,
algo como una verdad de puñal— me engaña,
como me engaño yo con estos versos.
Desde mi orilla miro las calles y la noche
—las sillas de las terrazas ya apiladas,
el chico del burger que ya no está—
y entre todas las cosas veo cómo los mimbres
uno a uno van destejiéndose
como si nada de lo que miro fuera cierto.


octubre 3, 2009

jueves, septiembre 10, 2009

Todavía es verano



Todavía es verano,
noches coqueteando con el frío,
calles que mantienen las sandalias de milonga
y un regusto acre cosido a la garganta.
Las palabras son flores de septiembre
convocándonos al regreso.
Es tiempo de ser puntual a la cita,
de plegar la ropa, de hacer maletas.
La música continúa sonando,
pero ahora tú y yo hemos perdido
el pentagrama,
ese pase de tribuna que Alguien
—si acaso ese alguien existiese—
nos dejó prestado entre ladridos en la noche.
Cómo me gustaría haberte pensado antes,
mucho antes de que compartiéramos
esta fábrica vacía de estrellas,
esta ruleta que llamamos mundo.
Todavía verano.
A veces tengo miedo de que existas.


septiembre 10, 2009

lunes, septiembre 07, 2009

Otras dinastías

Después de tantas tardes de matadero y légamo;
de horas y horas amarillas viajando
como agua lenta
hacia otro lugar que no existe;
después de tantos sentimientos
extraños y ridículos
y de orientar mis velas hacia
cuerpos que ya no parten;
precisamente ahora, cuando el abismo canta
y percibo la música del bosque
con la exactitud que da lo nocturno
y el oleaje muestra su distancia inmutable
y el color está perdido y Dios bendice
nuestra locura grotesca, nuestra frívola levedad,
precisamente ahora
me digo que hubiera deseado tener tiempo.
Tiempo, tener tiempo. Tiempo grande e inmóvil,
de una manera limbo y nunca.
Tiempo aún, entre espejos y caídas.
Después de todo
había que perder la partida de estos versos,
la llaga submarina. Tener tiempo.
........................................A lo mejor,
antes de gastar nuestros pertrechos por estos caminos
hubiéramos querido luchar por otras dinastías,
que nos hubieran mentido mejor o algo más,
que nunca hubiéramos tenido casa propia
hubiéramos querido.
Después de tantas tardes de esta tipografía
clandestina. Precisamente ahora,
cuando el viento me espera y yo no llego.


septiembre 6, 2009

lunes, agosto 31, 2009

Algo por decir

.
La palabra a veces es un atentado,
un atentado que no requiere coartadas
para saberse desgarradura inocente, error
que transcurre inevitable
a partir del cual lo humano cobra sentido.
Yo quise en ti no transcurrir,
permanecer perdido
entre páginas perfectas y conjugaciones
donde siempre quedase algo por nombrar
o por decir.
El agua que tú eres, por ejemplo;
o el azul inmenso que prohíbe las sombras
detrás de la mañana y los hoteles;
o el caparazón de un viaje, tal vez,
entre la lava y el frío.
..........................A veces la palabra,
la fuerza débil que nos sustenta
como materia inerte
en nuestro rumbo de reloj
certero y cruel,
cósmico y diminuto.


agosto, 2009

domingo, agosto 23, 2009

Juegos de naipes

Si la lluvia hubiese sido, como pensábamos,
borrador de orígenes y memorias,
no tendría esa imagen de cristal por duermevela,
olor a manzanas que palpé un viernes.
Entonces yo sabía cómo jugar mis cartas,
sin saber de ti más que por mis sueños,
arriba y abajo de la vida.
Era aquel un tiempo dentro de otro,
cuando los delirios vivían entre alfileres
y conocían de escombros y triunfos.
Entonces yo sabía cómo jugar mis cartas,
sin razones para tantas vueltas y cenizas,
arriba y abajo de la muerte.
Golpe de frío en la intimidad del huracán,
amor inalcanzable de arqueólogo,
una amanecida la lucidez se instaló a nuestro lado,
entre tanto posible porvenir
la casa del cedro atrancó sus puertas
y el juego de cartas fue el solitario.


agosto 23, 2009

miércoles, julio 08, 2009

Recoja sus restos al terminar

Siempre estamos solos (L. Panero)

Un billete de tren de largo recorrido,
un mapa, tiendas, bosques, una estancia
donde atravesar el calendario de la espera
y ese dibujo que nunca acabaste.
.
La vida es un viaje que no puedes compartir,
una muesca en el revólver del tiempo.
Y no entender por qué el dolor insiste
en saber de nosotros hasta el fondo.

Y vas y vienes, y vienes y vas
maltrecho y jadeante
sin saber con quién ni dónde estuviste,
creyendo que sobrevivir radica
en esta repetición sin sentido
de palabras gastadas.

Al final de ti sólo quedas tú.

Siempre estamos solos, es cierto.


julio 7, 2009

jueves, junio 18, 2009

Atravesando líneas


La tarde, como un soplo, se pierde en sus rutinas
—el rumor del tráfico en las ventanas,
las armas dispuestas, la mirada adentro—
mientras pasamos, descreyendo ser,
empecinados todavía con este mundo,
no cansados nunca de estar cansados,
como si este invierno confidente
fuera a acogernos siempre entre sus versos.

Mientras seguimos confundiendo el blanco,
la vida aún, atravesando líneas,
seguirá deshojando pentagramas
entre cuerpos y sombras,
sin renunciar a los pedazos últimos
de estupor y barbarie.

La tarde como un soplo,
la mirada adentro, las armas dispuestas
y seguimos errando,
.........................y equivocamos tanto,
que acertamos al fin.
.
La vida aún, con estos versos
que contra mí ahora conspiran.

junio 17, 2009

domingo, junio 07, 2009

En defensa propia



Era mejor ver caer la lluvia tras los vidrios
desde ese lugar en el que te asomaste al verbo
con palabras que habitan hoy las sombras
de cenizas que decían, pero ya no saben,
como si todo hombre fuese un poema,
como si sólo el dolor fuera dulce.

Era mejor desfigurar la noche
contra la piedra y la nieve del muerto
con sangre de nadie en la casa tibia.

Y el animal instinto y el azar
escenificando el ser y la carne.

Una palabra,
era mejor una palabra,
otro significante, un giro en el trayecto
donde desfallecer,
en defensa propia desfallecer
como un fantasma entre bosques y pájaros,
lejos de las palabras.

Era mejor ver caer la lluvia tras los vidrios.

junio 6, 2009

martes, mayo 26, 2009

Hay una maldición en esto de estar vivo



Hace días que el silencio no cesa
y las paredes desvisten su rostro
de almanaque y renuncia
y las palabras no dicen palabras.
Lo mismo que mañana no sabré más de mí,
habremos de ocultar nuestros lamentos
huérfanos del sueño de vagabundos
que nos perfiló a golpes
en su esencia más árbol.

Ahora que nos sabemos relojes
a bocajarro de la madrugada,
mi voz en el tumulto
es el eco de una puerta al cerrarse
camino de un retorno
precoz como los trazos del ayer,
inhóspito como la cima en el regreso.

Ahora que nos sabemos pasado,
ni siquiera sé pronunciar tu nombre
mientras espero que desaparezcas
y me digo que ya no pienso en ti.

Hace días que las olas tiemblan en los árboles
y las ventanas crecen de palomas
y nieve sobre escombros.
Hoy es el orbe y no tienes salida.
Hay una maldición en esto de estar vivo
que no la cura nada de este mundo

y me digo que ya no pienso en ti.

mayo 6, 2009

sábado, abril 25, 2009

Explicación última

Nos importan los vivos,
aunque el río nos duela
en la cerrada soledad de ese pensamiento,
aunque sean cadáveres jugando,
rostros de noche
en el tiempo monólogo.

Vuelvo a la razón y al río, lentísimo
y terco desde su conciencia cierta
de canto funerario.
Qué misterio en ese mapa que trazan
la lluvia y los hombres fluyendo,
rebuscando entre palabras de siempre
y nubes de polvo baldío
mientras el miedo late y mora entre nosotros.

Nos importan los vivos aunque el río nos duela
y el laberinto nos deslumbre
ahora que los cuerpos se tienden a esperar
como si creyesen nacer de nuevo
acabada casi la travesía.

Nos importan los vivos,
cadáveres jugando
y labios que aún tiemblan
en el cerrado abismo de estas letras.

abril 25, 2009

lunes, marzo 16, 2009

Mañana es ella



Mañana es ella quien desnuda la palabra
—todo poema es marzo y sus misterios—
quien va escribiéndome
con cada poema que escribo.

Mañana es ella quien viaja la noche,
quien deshoja el viento que no transcurre
y nos ofrece su rosa vacía
presentida y profunda.

Antes fui caligrafía y mar
a lomos del prodigio de sus velas,
imaginario pez enmudecido.
Hoy vibras más adentro:
tallo de espinas que vuelas y vuelves
como aire poderoso,
descarnado en tu nombre.

Con el solo día y la tierra misma
es ella quien desnuda la palabra,
y ella sigue escribiéndome
inextricablemente cerca y lejos
con cada poema que escribo.


marzo 15, 2009

miércoles, marzo 11, 2009

Vida en común

Mientras te abrazo, afuera
oscurece y las calles son luces que nos buscan.
Conversamos, y así vemos pasar
la tarde y sus venturas.
Cada gesto es un lugar compartido,
cada palabra un sitio transitado.
Tal vez nada sea como parece,
pero es amable este pasar de cuentas:
nos conocemos bien
y sabemos que así envejeceremos:
entre palabras que tú dices,
entre palabras que yo escucho.
Acaso esta forma nuestra de evitar el frío,
esta forma de mezclar diminutos
porvenires y hacerlos en común
supere a los relatos
de esas historias imposibles
de las novelas románticas;
acaso querernos así no sea
tan aburrido y triste.
En la bulliciosa alma de la noche
(tú ya no hablas, yo ya no te escucho),
con el timón destruido, varado en el recuerdo,
escribo estas sensaciones de siempre.
Hoy eres un navío a merced del papel.


marzo 10, 2009

miércoles, febrero 25, 2009

Aquellos pequeños rincones

Las fincas frente al parque;
las oxidadas, tristes esculturas;
la oscuridad temprana
y aquellos pequeños rincones
propicios para juegos y parejas.
Los dos allí, paseando en la noche,
hablando de fractales,
del número pi inventando el mundo
—aún recuerdo aquel poema—;
los dos lejos, todavía, de aquí
y de este deseo de no pensar
cada mañana.
Recuerdo aquella tarde,
indiferentes cruzamos la noche.
No sabíamos nada de estos lutos.


febrero 25, 2008

miércoles, febrero 04, 2009

Nunca te escribí un poema

Escribo para ti estas pocas palabras
—tú que sabes de mí como bulto en la noche
y silencios de fotografía—
para decirte
con esta especie de literatura
—y tú dirás que ya iba siendo hora—
que aquel amor fue cierto.

Nos conocimos un verano
y no volvimos a vernos hasta otro.
Estuvimos entonces en las mismas trincheras,
en los mismos delirios, en las mismas canciones.
Luego vino la humillación del tiempo,
terrenos comunes que nos vedamos,
las cuentas de unos años que tú sabrás injustos,
la juventud ahora con tus hijos.

Aquel amor fue cierto, ya lo dije,
y tú sabes muy bien lo que me queda:
instantes hechos de palabras vanas,
un horario fijo que sabe a cárcel,
esa forma casi complementaria
de untar la mantequilla que tenemos
y mil sitios por ver que pondrás en tu lista
—siempre te gustó ser organizada—.

Escribo para ti estas pocas palabras
—al otro lado del ventanal
las luces del puente cubren la niebla
y los golpes metálicos
y las crines de centellas de las soldaduras
patrullan el techo de nuestra cama—.
Triste manera ésta de decirte
que aún sigues conmigo estando sola
—sólo es literatura—.
Tú seguirás diciéndome
que nunca te escribí un poema.


febrero 2, 2009

jueves, enero 15, 2009

Habrá una manera

Habrá una manera de decir,
dejar de lado la revelación
y el culto insano y agrio a la palabra;
desbordar el garabato obsesivo
que nunca nos nombra, pero que, terco,
fija una herida de tiempo y memoria.

A pesar de saberlo innecesario,
con la impertinencia del que se cree
portador de razones todavía,
habremos de romper esta mudez
y rescatar nuestras armas intactas
en este orden de arcanos y puertas
anónimas.

A pesar del absurdo de seguir intentándolo,
habrá una manera al fin de decir,
de decir donde nadie nunca nada.

enero 12, 2009