jueves, noviembre 10, 2005

Último afán

La lluvia entrega un gris herido a la tarde,
la estercola en su cruce de frío
y cables
tiznándola de un balbuceo triste,
como una sonata lejana
que tornase cada vez más concisa
y transparente.

Inmóvil,
en este último cualquiera
en el que la ciudad esboza un paréntesis
frente a la tarde y el aire, respirando
sin saber qué sierpe podrá aguardar
tras el río que nos estira por tanto paisaje yermo.

Inmóvil ante ti,
arrojando los dados de una postrera jugada
en este último afán que se opone al día
casi hasta lo que no eres,
amor
en su perfecta mentira.

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