domingo, abril 26, 2020

Buenas noches, Valencia



                                                     Goodnight California - Kathleen Edwards

Decir cualquier cosa, dejar
que la noche persista en nosotros
y nos parezca hermoso estar aquí,
en esta esquina de cualquier bar
en la penumbra,
retrasando un adiós.

O no decir nada, no pretender nada,
simplemente estar, ser.

Decir cualquier cosa, en ocasiones,
es un grito de certeza,
un intento vano de reafirmarnos,
de constatar que estuvimos
aunque sepamos que nada perdura.

No buscar estrellas en un ritual
de ciénagas y pasiones perdidas,
perder el tiempo, si acaso,
izando una bandera blanca
mientras la noche viaja adentro de la música.

Extraño estar aquí, estar aquí y escuchar
cuatro acordes tan sólo, una y otra vez,
cuatro acordes en una esquina
de un bar cualquiera, extraviados,
cuando todo parecía tan fácil.

Quisiera cerrar la noche y guardarla en un arca,
decir alguna cosa, cualquier cosa,
mientras nos alejamos,
poliedro infinito,
como si con el tiempo,
ese instante, aquel vals,
pudiesen regresar.

Abril 26, 2020

domingo, abril 19, 2020

Voyeur accidental


Es una escena breve,
tan sólo unos segundos,
noche veraniega, en mi vehículo,
detenido en un semáforo, regreso a casa,
voyeur accidental
observo a una pareja muy joven
de pie, abrazados, besándose con pasión.

Una despedida tal vez hasta mañana sólo,
al fin ella se aparta unos pocos pasos, alejándose.
Él, inmóvil, la ve partir.
Un gesto, una llamada de teléfono,
ella observa su móvil, cuelga
y se vuelve con una sonrisa amplia
que precede a un nuevo abrazo.

Verde, soledad, claxon,
inevitable arrancar y alejarme
de esa escena que, como un estúpido,
recuerdo ahora al cabo de tantos años,
esa escena que tanto
y tan absurdamente me dejó huella.

Me pregunto cómo habrá tratado el tiempo
a aquel amor adolescente
testigo último de nuestro desamparo,
si pasados los años sobrevivió algo
de aquella claridad, de su envoltura gaseosa.

Me pegunto cómo les habrá tratado el tiempo,
si fueron derrotados por los fantasmas del tedio,
si fueron tentados por un falso dorado,
o si, por un casual, continúan unidos
y son felices.

Fernando Pessoa ya lo dijo antes:
“en todo cuanto miré, quedé en parte”.

abril 19, 2020

sábado, abril 11, 2020

Berlín



(Lou Reed - Berlín, 1973)

Como refugio quedas tú,
antorcha misma del nombrar,
un piano al costado de un muro
tan azul y tan alto
como las murallas de Babilonia.

Hay un columpio de sonido solo,
danza de un mensaje en la penumbra
de aquello cuanto a tientas intentamos
acopiando palabras para nadie.

Hay un cartel de no hay salida.
No sé dónde estoy, no sé dónde ir.

Recuerdo una sonrisa de naufragio
antes de que nada pudiera suceder,
antes del frío Alaska y de ese muro
de cinco pies y diez pulgadas de altura
en el que Caroline nada temía.

Recuerdo una sonrisa de naufragio,
asientos de moqueta y grandes cojines,
un vestido amarillo con encajes
entre sombras y un humo espeso
y siluetas danzando descarnadas
el rock ´n´ roll animal de Lou Reed.

Todo estaba bien.
Imaginamos la vida como un juego de rayuela,
un sambori con un final celeste,
y yo te supe entonces para siempre.

A veces eso es lo que queda.
Ellos la llamaban Alaska.
Hace tanto frío en el recuerdo.
Como refugio quedas tú.

abril 11, 2020