Olas, cañizos
y dientes de dragón
habitan en sus párpados.
El fulgor de la arena
y el dorado salino de la piel.
Y en el cristal
el latido de mil vigilias.
Su universo es mi sueño
y el tiempo de narcótico y martini
el esqueleto de la tarde.
Nada que puedas descartar
de esas fotografías,
con la mirada de otra luz
y un fragmento de cielo.
habitan en sus párpados.
El fulgor de la arena
y el dorado salino de la piel.
Y en el cristal
el latido de mil vigilias.
Su universo es mi sueño
y el tiempo de narcótico y martini
el esqueleto de la tarde.
Nada que puedas descartar
de esas fotografías,
con la mirada de otra luz
y un fragmento de cielo.
abril 28, 2007