viernes, marzo 25, 2016

La abuela con su nieto


La ventana a la izquierda,
luz que se difumina
hasta espesarse en sombras,
el brazo extendido del niño
con el dedo señalando la luz,
la mirada orgullosa de la abuela
sosteniendo su pequeño tesoro,
mostrando su legado al mundo.

Algo más verdadero que el silencio
permanece emboscado
en alguna parte de esa fotografía
de sonrisas en sepia.

La imagen se esfuerza en decir palabras
que no entendemos, oculta un clamor
en sus miradas cómplices
que ya nunca podremos comprender,

porque no somos él
y sus contados meses son olvido,

porque no somos ella,
la abuela ya hace tiempo que partió.


marzo 25, 2016

jueves, marzo 24, 2016

En el laberinto


Bolsa de plástico al albor del viento
escribiendo piruetas
hasta caer sobre sí misma,
el viento pronuncia un idioma
testamentario
que no entiende nuestras palabras
y nos arrastra sin piedad.

He estado aquí ya demasiadas veces
aparentando saber de los arcanos,
calcando lo que una vez fue susurro
momentos antes del vacío.

Queda la mano, la materia, no el gesto,
la oscura materia que nos distingue,
el latido de un paisaje trenzado
de palabras enterradas con gritos,
como un refugio sin paredes.
Queda la mano.

Nada más sabremos ya de nosotros,
de esa forma tan vana de escapar
de esa insistente lluvia de sonidos
que amarillean.

Calculas ahora un decimal más
de la ecuación
que te encargaron resolver.
Fichas perdidas en un laberinto,
impunemente seguimos aquí.





marzo 20, 2016

domingo, marzo 13, 2016

La amabilidad del relámpago


Podría decirte cómo apostar
contra la lluvia
para arreglar un arcoíris partido,
cómo sostener lo que nos concilia
con el otoño.

Soy experto en alas rotas y destrucciones
y nieblas enormes como cadáveres
enviados para saciar tus preguntas.

Como si hubiese un vuelo
que anunciase el fin
de las ruinas de tu saber absurdo,
podría decirte la forma
de las figuras de tus noches.

Pero yo sé que seremos distintos
jugando el otro juego,
puedo enseñarte el rumbo,
tan sólo apaga la luz, por favor.




marzo 13, 2016

domingo, marzo 06, 2016

Me hace falta vida


Yo sé que llegar hasta el final,
atravesar dando tumbos los almanaques,
es agrietar una casa a golpe de caídas
y de equipajes que nos negamos a deshacer
en este transitar hoteles inhóspitos,

también que los bosques se incendian
y que sus brasas atesoran
mariposas y caracolas,
maravillas efímeras que no sabrán
de fuegos y devastaciones.

(¿Cuándo vendrás por mí si no te busco,
cuándo pronunciarás mi nombre
si yo el tuyo no sé pronunciarlo?

En mitad de la noche eres cómplice
del silencio mortal,
de la tormenta que no cesa.)

Los antiguos poemas de vientos y lágrimas,
como una humillación,
preguntan por nosotros
y parecen querer regresar con la marea.

Yo esperaré que la siguiente estrofa
arranque los pétalos del revólver
y nos traiga la presencia del frío,
la forma en que la noche
se hace definitiva.




marzo 6, 2016

sábado, marzo 05, 2016

Frente al cristal


El árbol es un zumbido de abejas
frente al ventanal de las esperanzas,
como nosotros en aquellos
patios de colegio y cacería
cuando el universo era sin fronteras.

La mañana sin viento tensa hoy
el arco del recuerdo. Pero
qué ventana abrir que de ti aún fluya,
hacia dónde girar la mirada
si la luz es breve y nos dirige
hacia una playa en el frío.

No hay lado bueno que elegir entre
nombres indiferentes
y arenas que ocultan nuestras derrotas.

Olvídalo ya. No pienses lo que otros
dijeron, esta declinación es sólo tuya,
como tuya será la dignidad
de tus palabras frente al mar.

Sube el murmullo de los coches tras las ventanas,
irremediable invasión a oleadas
de un tiempo de semáforo y desierto en el aire.

El árbol, las abejas, quedan lejos,
lejos los patios,
la luz es breve,
breves mis días
en la certeza de estos fantasmas
que hoy nos convocan
frente al cristal.

marzo 5, 2016

En otro tiempo


Piensa que esto no es cierto,
que la rutina es algo diferente
y hay otros latidos que querrían
escuchar tus latidos
sin más pretensión que mezclar
incertidumbres y miserias.

Supón que es posible,
que este estar aquí para nadie
no sea verdad, que la lluvia
pudiera arrastrarlo todo
y mudar nuestra vida
como las estaciones
lo hacen con las estaciones.

No pretendas algo perfecto,
nada imposible o de novela adolescente,
olvida el tiempo del brillo en los labios,
la gravedad que no pesa y la tarde
infinita. Sé realista.

Sé realista pero, aun así, sueña,
compra un pasaje hacia otro destierro
de voces que se alargan en la noche
y huellas que, aunque a nadie importen,
latan para alguien,
alguna vez,
en otro tiempo.


marzo 5, 2016