Dijiste
cuando la nieve era eco de luz
y después;
cuando eras despacio
y pleamar esbelta
sin sollozos ni espigas;
cuando acercarse era caer, pisar
hierbabuena y leche.
Dijiste
en la latitud de esa noche
—todo en su sitio, todo por ser—
cuando mi avidez, lentísima,
era un futuro a golpes de género,
ahora y muerte.
Conoceremos
otros nombres, dijiste.
Será tarde,
será en vano, te dije
cuando la nieve.
jueves, noviembre 10, 2005
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