lunes, noviembre 14, 2005

Keep on rocking

Me dices
que el cielo es verde en La Molina,
que en las alturas el aire se confunde
con el pasto de las reses,
que en el verano de esos montes tapizados
las desdichas ruedan hacia los valles
como si nunca aquel punzón
hubiese horadado los sentidos
dejando una casa vacía.

Que no quieres volver, me dices,
que prefieres reinventar las noches sin fin,
que en la gran ciudad sólo quedan telarañas
y gentes que ya no deseas ver,
que rodarás por siempre, me dices, por Puigcerdá,
donde las calles se comban saludando tu paso,
que aunque ya no puedas recordar
cuál era el nombre de aquella balada de guerra
o cómo se tejía aquella locura de vida,
allí podrás continuar rodando.

Mientras aquí, en la radio,
una tarara con acento extranjero
resuena atascada en el verso del no,
me dices que allá donde estás el cielo es verde,
que el aire se confunde con las montañas y los valles.
Me dices que las montañas
y pienso que este lugar, de repente,
se ha hecho tan grande
que ya nunca será posible volver a recorrerlo.
Me dices, y aunque descarte responder,
un escalofrío antiguo como la noche
asesina mis sueños.

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