jueves, noviembre 10, 2005

Me dices que ya no



Me dices que ya no,
como si todavía nosotros, en los últimos
rescoldos de la luz, fuese algo más
que un desierto enloquecido. Que
más y mejor ya no es vida, mientras
esperas el frío protector, el tiempo surreal
en que los tenores aún son derrotados
por el amor. Cómo decirte que duele
seguir buscando en un gran agujero,
que no vale la pena hacerse trizas por
saborear la melodía agridulce de un sexo,
que preferiría olvidar ese temblor inútil,
la orgía silenciosa en la que vinimos a envejecer,
ese lugar que, entre palabras que nos arropan,
pretendo dejar de lado, sólo para no multiplicar
la intención de encontrarme
en cada latido.

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