Después de
tanto suprimir respuestas
y purgar lo que queda de memoria
la vida cae
como una pregunta
perdida en
la amenaza de una mañana exhausta.
Todo parece
incierto,
nada parece
estar en nuestras manos.
Tú fuiste
una promesa de lluvia al despertar,
herida
infligida, ausencia imposible
en esta
gravedad sumisa y detenida
que no puede
evitar querer bajarse
en la estación más inmediata.
Y
ahora
que lo que pretendimos es ayer,
queda sólo
la vaga idea
de que perdurará
si lo escribimos.
Y escribo
venganza, y repaso el verbo
olvidar, mientras aguardamos
un aire sin oxígeno
un aire sin oxígeno
que nos
libere, mientras las palomas
siguen
chocando contra los cristales,
mientras las
palabras siguen muriendo
entre espasmos
sobre la acera.
Nuestra cita
nunca fue de este tiempo.
No me
abandones a las bestias de la noche.
Abril 1, 2017