jueves, noviembre 10, 2005

Entropía

Jueves endomingado
al borde del teléfono.
De nuevo en el progreso hacia la destrucción,
hacia la guerra perdida que nos luchan.
Cuatro vueltas a la llave.
He dejado mi casa
—esa ducha con aroma a frutos del bosque—
sobre la mesita de noche, junto al sabor triste
de tus manos
sin retorno ni adjetivos.
Una habitación pequeña de un pequeño piso
que partimos,
espacio inútil para separarnos
y no ser sal.

Abril vendrá,
con su resolución de viento arenoso
y algo menos de lluvia y ceguera. Pero ahora
desciendo a la sombra de tu prohibido aire,
a la sombra de luna que perseguimos entre gatos. Y crezco
como humo de residuos al borde del teléfono, crezco
buscando el frío o la destrucción sin retorno.
Son las reglas. Y dices que lo deseas
con toda el alma —aunque no—

Abril vendrá, pero ahora
tienes que volver,
antes del big crunch, volver,
antes de la transparencia de tu sangre
y de las palabras adecuadas. Volver
para ser un segundo más,
apenas un segundo más
en esta carrera
a la entropía.

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