Desposeo lo que soy,
este inasirse frente a un espejo de vestigios
en busca de ese amante sin vértices
que es la palabra, la incesante muda
hacia esa prisión sin rostro
donde no sueña nadie.
Tú y yo en el tedio renovado, tú y yo
ojos de censura y nunca,
haciendo una escala de rutina
en el desván del pasado,
entonando canciones de campamento
y tuberculosis
frente a este borrador de silencio
que es la lluvia.
Desposeo lo que soy,
por eso me agito
entre rostros de ceniza y arena quemada
e intento un poema de amor.
Por eso te invento
y, aunque no te conozca,
te echo de menos.
lunes, noviembre 14, 2005
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