sábado, septiembre 22, 2012

Hacia ningún lugar


Pretendíamos detener el miedo
igual que una isla, lloviendo en nosotros,
conociendo hasta el cansancio las letras
de otros locos sin escrúpulos.

Hastiados de ser el que decíamos,
pretendíamos llegar a decir
en una suerte de delirio insomne
huyendo de nosotros mismos.

Pretendíamos ser en otros ojos,
mientras fingíamos, sin saber muy bien
qué hacer con tantos rastros por venir
hacia ningún lugar.

Dejar a un lado el miedo, eso pretendíamos,
poder conjurar, a espaldas del mundo,
el débil resplandor de nuestro encantamiento.

Y salvarnos así, acallando las tardes
al lado de nadie, asombrados
por un incendio absurdo
que parecía querer consumirnos.

Posiblemente -es cierto- hubiera algo más,
pero hay quien dice
que todo termina arrugado y sucio
y que tal vez lo que más nos defina
sea
                 aquello que no hicimos.


septiembre 22, 2012

miércoles, abril 04, 2012

Gente a la fuga


Has venido a decirme que hay palabras
lentas como un jardín nocturno
y relojes extraños e implacables
como un camión sin luces en la noche,
has venido y me hablas de nubes imposibles
erigidas por el viento y la luz,
de ciudades pausadas en sus árboles
y lugares donde la vista
se prodiga como una enredadera.

Como el modo en que quedarse sería
pronunciar el vocablo que formula la muerte,
has venido a decirme palabras sin sentido,
metáforas que ya no pueden engañarnos.

Sabemos de la duración de una estatua,
las hemos visto, nos han recordado
todas las guerras que perdimos,
intermitentemente hemos odiado y amado,
disfrutado y sufrido.

Como avaros perseguimos quimeras,
edificios con tripas de papel
que almacenamos
en estantes inalcanzables.

Somos -siempre lo fuimos-
gente a la fuga,
una herida imposible de cerrar
que malgasta su tiempo transitando
el lugar donde acuden los ciervos moribundos.

Abandonemos, pues, esta tierra baldía
de palabras y escritos sin memoria.

De nada sirven unos versos.


abril 3, 2012

miércoles, febrero 22, 2012

Mirando hacia atrás sin ira

.
Creí haberte visto
en la comedia divina de Dante
haciéndote pedazos haciéndonos sufrir,
haciéndote sufrir haciéndonos pedazos.

Por no verte así nunca más
mordería a caricias tus fantasmas
y sus abismos,
pero entonces soy tan pequeño,
pero entonces consigues hacerme tan pequeño.

Un momento de muerte
son muchos años,
y yo no sé dejar de ir cuando me llamas
y yo no sé dejar de huir cuando te veo.

Qué frío y qué áspero se vuelve nuestro abrigo
cuando la mente es una expectativa
de desahucio inminente,
y son tan difíciles las medidas preventivas
y es tan mágico el poder del terror.

Creí haberte visto,
sufrías haciendo sufrir

y no encuentro manera de evitarlo.


febrero 22, 2012

sábado, febrero 04, 2012

De meteorologías y ascensores


Saber únicamente de calles, poetas y ciudades,
morar entre incandescentes estatuas,
hablar del tiempo por venir, acaso
como una excusa de meteorología y ascensor,
regresar a las horas de un Cohen
a finales de su confeso diciembre,
aprender a tragar a pequeños sorbos
la inmundicia que insiste en conocernos;
sabernos de un día que no llegó,
de una casa de nadie y una boca inasible,
de la tesis de los tubos catódicos
y los ciegos guiando a los videntes.
Tareas absurdas,
excusas para seguir horadando el vacío
mientras despiertas y saludas
injustificadamente a la realidad,
al mudo resplandor
de la cara oculta de la pantalla
y al impulso de las sílabas huérfanas.


febrero 4, 2012

sábado, enero 21, 2012

Canción olvidada

Si pudiera sostenerte ahora,
si ahora fuera entonces
y no siempre fuera diciembre
con su cielo de árbol consumido.
Si las horas no estuvieran vacías
y pudiera desconocerme
y mis zapatos no me llevasen ya
a ninguna parte.
Si pudiera sostenerte ahora,
si al fin no fueras
más que otro diamante caído
en la basura de la primavera.

Debemos confiar en lo que no conocemos
—me decías, y hacía frío y era diciembre—,
debiéramos ser siempre un dedo apuntándonos,
—continuabas diciendo—. Pero ahora
cuando la noche
nos lleva a espaldas del paraíso
y todo corre más y más deprisa
y yo no puedo dejar de perder
lo que una y otra vez perdí,
mientras te veo sonriendo a nadie,
alejándote de lo que un día conquistamos
interpretando aquellas melodías
al unísono,
mientras te veo, e intento olvidar
aquellas canciones que ahora cantas
para mí tan amablemente,
...................en esta noche
en la que hace frío y es enero
y tú no estás.


enero 21, 2012

martes, enero 10, 2012

Nocturno

.
Trajina con el viento en la ventana el agua.
La luz de la noche persigue sombras
movedizas por el techado.
Sobre el cristal
las gotas dibujan meditaciones.

Desde la cama observo esa danza agitada
—mañana será resaca, volver
a la temida hora de no saberte—.

Una vez más
los inviernos, implacables, nos traen
a la memoria otras ventanas,
otros dibujos de las mismas gotas,
estratos que acaban siendo más tú
que la banalidad que ahora nos refleja.

Eran otras las penumbras de entonces
—más frías, más humildes—,
otras las fuerzas que nos atraían
a pesar de la lluvia y los cristales.

En la inercia de nuestra derrota contra el tiempo
definitivamente
nada parece ya para nosotros.

enero 2, 2012