sábado, febrero 23, 2008

Has debido florecer en la espuma

A Voro, por si, después de esto,
sí hubiera algo.

Tal vez no digas nunca
una sola palabra nueva, nada
que no acabe al pronunciarse
o al ser escrito.
Somos
lo que una vez tuvimos;
lo que una vez tomamos
cubiertos de invierno
sobre los alrededores de ti,
interminable mar;
la infinita hambruna del pasado,
ni tan irrepetible ni tan vacío.
Has debido florecer en la espuma
donde los pájaros y los caballos,
donde las delirantes frondas duermen.
(Cómo quisiera tenerte aquí
y abrazarte).
En una mágica casualidad
un cuerpo, un destino, un grito,
todo se hace haciéndose,
y tú con esta vida tres minutos
y yo no debería.
No tengas prisa, espérame,
haz de ése, tu no miedo, bandera,
que yo iré a buscarte
vuelto hacia el mañana,
negando el silencio de los domingos,
hundiendo los recuerdos
de los que estamos hechos
noche tras noche
aunque el día no llegue.


febrero 23, 2008

miércoles, febrero 13, 2008

Algunas palabras afectadas

He regresado.
Por mi boca de muro andan los siglos
y las palomas bajan
donde los astrolabios surcan su rumbo a oriente
y la tristeza celebra su fiesta.

En las calles las islas deambulan
lentamente en la mañana festiva.
Desde un bosque fluvial
el musgo corre a buscarte adentro
y en el fondo del río alguien entona salmos.

No hace falta ir o volver o buscar el orden,
Valencia desaparece y nos lleva
reconstruyéndonos
sin saber de ataúdes ni de verbos.
Una canción nos trae, una manzana frágil,
un ir y venir caótico junto al agua,
el viento dormido del primer puerto
sobre esa mirada suya de siempre.

Contra ti nada hice y nada haré,
Valencia, pero
en una expiación absurda te nombro,
lanzo algunas palabras afectadas
y vuelvo a ti. Regreso
a nuestras calles, a nuestros fulgores,
a esos lugares que son tan tuyos,
tanto, que tú sabes que me pertenecen.


febrero 10, 2008

sábado, febrero 02, 2008

Tal vez ella pasee entre nubes


                                                                                      Layla - Eric Clapton

Tal vez ella pasee entre nubes
y cuentos de hadas
escuchando su nombre sobre un riff de Eric Clapton,
o quizá Dios la haya despertado al fin
y mañana decidirá marchar
hacia un nuevo mundo de perlas y hojas
de platanera.
Bien, yo sigo recorriendo las calles
arrastrándome entre polvo y basura,
buscando esos silencios
que marcan las palabras que la nombran.
No puedo recordar nada de muchos días,
pero aún sigo vivo.
Tal vez ella pasee entre nubes
siguiendo el compás de un riff de Eric Clapton,
o quizá se haya disuelto en la noche
en un suspiro de vuelos y mapas.
El caso es que yo estoy de nuevo aquí,
sin saber cómo demonios llegué,
danzando a ambos lados del abismo,
dando vueltas y vueltas
alrededor de esta noche de música,
esa música en la que alguien me dice,
contra toda evidencia,
que vivo aún.


febrero 2, 2008