Al pasar de
los años,
aquello, que
era todo,
es ahora una
llama extinguida.
Mira cómo el
sepia parece invierno
en una playa
sin arena.
Nosotros,
los de
aquella tarde de Klimt,
ardíamos sin saber del dolor
de un futuro
sin pájaros.
La historia
es ahora
todo lo que recuerdo,
los espectros de entonces,
los espectros de entonces,
el nombre
del enigma
más allá de
esta música sin título,
la sensación
fugitiva de amar sin pretextos
como un
teatro lejano de nubes
explotando
de savia.
Aprendo a ser sin ti, aunque me empeñe
en regresar a los parajes
en los que ser no era morir cada noche.
Quién me va a liberar
del olor de
tu nombre,
del
laberinto de nuestro pasado.
abril 16, 2016