Regreso a
verme en el escaparate.
Bajamos por
la luz oblicua,
la tarde es
un viejo que ya no entona
mentiras de
otro tiempo,
cada árbol es un violín inmóvil
que nos ve disiparnos,
cada mujer es demasiado lejos.Nada dice el día que no sea repetirse.
Hay quien
tiene certezas, y así puede
saber de
árboles como violines,
creer en la
más pertinaz mentira,
en el
significado más exacto.
Cada palabra requiere su hábitat,
su espacio
entre silencios,
y aunque
nunca supiéramos de ti,
de ti nos
fuimos
y algo fuimos perdiendo.
Nada sabe decirnos la piel con sus leyendas.
Tampoco esta vez atraparemos a la sombra.
Nada sabe decirnos la piel con sus leyendas.
Tampoco esta vez atraparemos a la sombra.
diciembre 13, 2015