Me dices que la vida
es injusta, injusta como la muerte
o las armas de un asesino
o ese fuego que devastó el bosque.
A veces las cosas no son como querríamos,
a veces abril nunca viene,
pero esa es tu verdad,
la verdad de encontrarte aquí,
la verdad de relajar la mirada
hasta que todo desaparece o se hace doble
y entonces niegas
todo aquello que es cuna
o poema rimado.
La vida es injusta,
pero esa es la rendición
en la que pones tus cartas en juego,
el caballo del sueño; acaso aquello
que te impide incendiarte.
Me dices de la vida y de sus atentados
y me hablas de bosques y de fuegos
y yo me pregunto qué fue
del fuego, de ese fuego
que devastó
................aquel bosque.
noviembre 27, 2011