miércoles, mayo 14, 2008

Rastros por venir



Haber sido sobre maleficios y risas,
haber sido las sobras de un banquete
al que nunca fuimos invitados,
haber tenido el ánimo y ser otro
entre tantos ritos y tantas muertes,
haber sido, total, para seguir aquí,
entre palabras,
y decir que somos a pesar de nosotros
y de una puntería que perdimos.

Si desde siempre eso recuerdo, quizá esta casa
—la improbable o tenaz morada de mis letras—
no sea en verdad mi rastro,
o tal vez el verbo sea el modo en que la noche
va siendo todo
y todas las caligrafías se hacen memoria,
actas de lo que nunca confesamos.

Y entonces, aunque parezca increíble,
que aún haya cuerpo para inventar
un pasaje hacia el destierro,
una torpeza más
en la postguerra de un tiempo agrietado,
para finalmente darnos cuenta, terminar
sabiendo, que todo ya fue dicho,
y balbucear y callar, y ser eso:
vaguedades, silencio.


lunes, mayo 12, 2008

Escribimos para nadie

Escribimos para nadie
con palabras que ya no dicen
y, sin embargo, llenan los papeles
de lluvia y otros difuntos.
Escribimos —aún lejos del suicidio—
sobre un puente que nunca atravesamos,
con la certeza de que nada
es ya aquí por nosotros.
Se diría que nada entonces fue logrado,
que falta norte a esta retirada
y allá quedó el misterio, la música
y el desierto que siempre estuvo
a pesar de ella.
Pero no has muerto,
aún alguien aquí recita un miserere,
alguien que en su discurso de demiurgo
pareciera haber comprado el silencio
y, como un signo,
interrogándonos, nos recordase:
¿por qué, si ya no hay nadie?

mayo 12, 2008