miércoles, septiembre 28, 2005

Tu estela

La luz filtró nuestros cuerpos
en la lluvia, niebla sólo ahora,
pegajosa caricia que oculta tu estela.

Pero seguimos aquí,
en la desolación extraviada,
en la perseverancia oblicua
de las hoces sin rumbo.
Frente al sol inacabado, sumidos
en una incruenta lucha de perdedores.
Yo aferrado a ti, como
la mano del acrobat
que arrastra la enorme página
a empellones de ratón. Tú
en ese desamparo incierto,
devastando mil selvas tropicales,
acunando todos los inviernos.

Por donde yo y tu caverna, reptando
hacia ti, como si aún entonces.
Donde el vaho nos recuerda
el tránsito necesario
para ya nunca el barro
porque ya nunca más el barro.

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