viernes, octubre 28, 2005

Celebración de entonces



Nunca logré entender
la niebla que, caracol, nos soterra.
O quizás tampoco
la espera de los tinglados,
las montañas azules
detrás de las montañas,
el lugar donde no siempre
eras de limo, o metralla en mis huesos,
o galerna de otro. O quizás también
y a pesar de las palabras
y todavía entonces
y por eso
la guerra impasible,
la inútil desolación
cuando intento volver al que fui
o al que nunca he sido
celebrando tu cuerpo.

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