miércoles, febrero 01, 2006

Górecki – Sinfonía Nº 3



La niebla es fría y fluye
irremediable
en esas notas, en esa voz
que persigue un eco ininteligible.

Los años picotean las entrañas
dejando tras de sí
una ausencia de vidrios en el estómago
y de amaneceres indescifrables.

Y es una locura nueva esta noche
el viaje hacia la simetría de su hondura.

No logro trasladar al papel
el estremecimiento de esta música,
de cualquier otra música. Así que
estas palabras
no son más que el fracaso de la palabra,
su transcurrir
hacia el ruido sin suturas del silencio.

Pero aún me está dado aullar,
derrumbarme junto con todos los vocablos
hasta hacerme silencio,
necesidad última
fuera de toda salvación.

febrero 1, 2006

2 comentarios:

enrique sanmol dijo...

Es éste un poema sobre la dificultad de la palabra, lejos de la magia simbólica que en su origen tenían. Ahora pareciera como si estuvieran gastadas, deterioradas de tanto usarlas... Me alegro mucho que te gustara este poema. Un fuerte abrazo.

enrique sanmol dijo...

¿Onetti? siempre es un honor que a alguien le comparen con un escritor consagrado. En este caso, es posible que compartamos un cierto pesimismo natural y una atracción subyugante por el suicidio... ya me gustaría parecerme en algo más.

Espero tener la oportunidad de leer algo tuyo por el café. Un saludo.