Piensa que
esto no es cierto,
que la rutina
es algo diferente
y hay otros
latidos que querrían
escuchar tus
latidos
sin más
pretensión que mezclar
incertidumbres
y miserias.
Supón que es
posible,
que este
estar aquí para nadie
no sea
verdad, que la lluvia
pudiera
arrastrarlo todo
y mudar nuestra vida
como las
estaciones
lo hacen con
las estaciones.
No pretendas
algo perfecto,
nada imposible
o de novela adolescente,
olvida el
tiempo del brillo en los labios,
la gravedad
que no pesa y la tarde
infinita. Sé
realista.
Sé realista
pero, aun así, sueña,
compra un
pasaje hacia otro destierro
de voces que
se alargan en la noche
y huellas
que, aunque a nadie importen,
latan para
alguien,
alguna vez,
en otro
tiempo.
marzo 5, 2016
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