lunes, enero 16, 2006

Como jamás nadie

El sol persigue su corto camino
en el aire de este enero norteño.
Aúlla el viento sobre un revuelo
de gaviotas hambrientas.
Igual la sombra que persigo
en el camino de los espinos y las pitas.
Un día más
con el milagro sonriendo a la muerte
que sobrevive
al latir de su inexplicable meta.
Un día más que cae, consumido,
en su giro cósmico alrededor de Sirio.
Es el tiempo de Acuario
y como seres de agua
nada hemos opuesto a su rutina.
Pero alguien vive aún:
puesto en nosotros el falso espejo
del pasado, alguien vive
en su cerco de fatiga
que ya no espera.
Alguien, sí, pero
que nadie se atreva a decir aquí,
que nadie alce su voz buscando una señal,
que nadie,
pero que tú me sonrías
como jamás, ni nunca, nadie supo.


enero 15, 2006

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