sábado, mayo 13, 2017

Asperger


Las gaviotas transitan entre los edificios
en la tarde apagada. Protegidas 
por la brisa marina se hacen fuertes 
más allá de la altura del museo.
–Cuando llegue la noche,
hacia dónde volarán las gaviotas–.
Todo este estar aquí
es un simulacro de olvido,
un estrecho balcón por el que observamos
el tráfico como un gusano
que avanza y se detiene a golpes de luz.
Cuando llegue la noche,
hasta dónde volarán las gaviotas.
Podría irme con ellas y no volver nunca.
Podría –sobre los cristales y el acero–
alejarme cualquier día
y en el aire construir un último laberinto
donde, una vez más, ser inapropiado.
En los peldaños lentos de la tarde
los transeúntes son seres sin forma,
entes desconocidos e impasibles
que emiten señales confusas.
                                                              Seguir,
para entender el mundo no perseguir gaviotas,
seguir, ahondar la orfandad
del forastero en tierra extraña.


mayo 13, 2017




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