domingo, agosto 01, 2010

Inconcluso

A ti te buscaron en lo lejano,
en la fragilidad de la confianza,
donde las aguas encuentran la sed.
Convaleciente,
te tendías como un juguete roto,
muy adentro del ser y la conciencia.
Tú querías ser música de cámara,
la mezquina presencia
de un escondrijo
del todo y para nunca.
Pero llegó la intemperie,
el lugar donde el tiempo,
en cierto modo, cerró tus cadenas.
Y al fin el mundo, con su esbozo
de rueda exacta,
trazó sus horas de llanura
como si ya fuese el silencio.

Luego acaso, cuando amaine la vida,
deberás completar este poema.


julio 31, 2010

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