viernes, diciembre 01, 2006

Inventario de necedades

Después de todo,
tal vez no queden más
que unas pocas canciones,
un mucho no saber por qué
y ese no haberse atrevido.
Tantas y tantas cortapisas
que nos hemos ido imponiendo
sin saber muy bien cómo,
porque algo dentro nos señalaba
–conciencia o inconsciencia–
que ésa era la dirección.
Unas pocas cosas ganadas
cuyo valor cada vez encontramos
más y más dudoso,
y otras muchas perdidas
que cada día nos van pareciendo
más primordiales.
También, claro, estás tú. Tú y yo
y esa forma absurda en la que nunca nos quisimos.
También los hijos, indudablemente,
y ahí todo el amor, y ahí
toda nuestra esperanza de más y mejor,
eso que ahora sabemos
que nunca se trató de hacer fortuna.
Algunos buenos recuerdos que nunca se repitieron,
haber intentado, inútilmente, olvidar
algunas malas experiencias y muchos errores
que en realidad a nadie importaron
y que sólo a fuerza de convivencia
hemos logrado allanar.
Y ya es la prisa una cita sin fecha
pero que, puntual, llegará para siempre.
Después de todo,
tal vez no queden más
que unas pocas canciones,
un mucho no saber por qué
y ese no haberse atrevido.

noviembre 30, 2006

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