domingo, septiembre 24, 2006

Nevus

Dicen que al final, como la noche,
la música busca refugio en el silencio,
que allí –viento detenido–, de nada sirven
ni el miedo ni las letras. Y te diluyes,
de a poquito, en el nunca-tiempo-cero
dicen que te diluyes de a poquito.
Hay un nombre en esa hora
delante de la vida, un nombre
más allá del poema
que ofrece su sueño por volver.
Quién sabe entonces qué destrucción vendrá.
Esta noche
–melanocitos corriendo por mis venas
siguiendo el camino de Cassidy, la cantante–
he visto mi mano saludando a Dios,
mi mano sucia de tanta vida,
diciendo infinitos que no he visto,
mi mano vacía, triste,
ahora que la noche se evade en tu mirada
como una limosna.

septiembre 24, 2006

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