martes, abril 18, 2006

Un daño lento



Por ver si aquella imagen me abandona
rescato tardes y tiempos quemados
y en cada vaso bebo aquellos otros vasos
perdidos en un rastro de azules y siluetas.
Ahora que en el día la sombra te arrincona
frío adentro, y en ella eres más tú
—o lo somos, tal vez, en una soledad
que ya no es la nuestra—, tercamente
insistes en cambiar memorias. Pero
hay un daño lento, un daño paciente
y minucioso que tendrá lugar
allá donde habitó el deseo.
Y la lluvia une a las tuyas sus fuerzas
por ver si aquella imagen te abandona.

abril 18, 2006

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