El otoño
comenzará pronto
—lluvia
sobre las hojas—,
pero aún estamos
a tiempo, Mariko,
de regresar
a casa.
Todo este
sin sentido
sin saber
por qué motivo luchamos.
Muramos
juntos esta noche,
las flores
lo son porque marchitan;
seamos
olvido,
palabras
sobre un mar de invierno,
la desolación
de un solo de guitarra
en un blues lento.
En el patio la luz se desvanece
sobre tu
rostro,
y yo me
alejo en una barca
a golpes
de timón,
el sueño
de un sueño
en un
poema de muerte.
Vayámonos
de este lugar, Mariko,
acabemos ese
poema tuyo
de otoños y árboles derrotados,
construyamos
historias
que no van
a ninguna parte.
Partamos
de una vez, Mariko,
escapemos
de tu destino,
venzamos a esa muerte
que tanto
ansías.
septiembre 19, 2024
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