Hemos intentado decirlo tantas
veces,
pero hay demasiadas historias,
demasiados principios diferentes
con finales que parecen repetirse,
igual que la ansiedad de las tardes
de domingo.
No siempre supimos a quién quisimos
parecernos
ni qué era lo que perseguíamos.
Tampoco comprendíamos por qué
nos resultaba tan fácil perder el
tiempo
abstraídos en un silencio
ensimismado
transitando por lentos caminos de
moreras
hacia una playa que ahora nos
resulta extraña.
Alguna vez también cruzamos mares buscando
una palabra perdida en el vértice
opuesto de la luz. Alguna vez.
Ahora,
cuando aquella humedad nos parece
irreal
y pensábamos que lo habíamos
olvidado,
absorbemos la noche con los ojos.
Tú desconocías que después no había
nada.
julio 6,
2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario