Tal vez
ahora nos toque escalar,
o tal vez sea
el momento de emboscarnos,
dejar que el
tiempo nos consuma,
volver a
recordar la infancia
—el lugar de
tanto y tan poco—
para tratar de
morir más de frente.
Todo pudo
ser otro credo,
otra biblia
en otra liturgia
menos oscura
y suntuosa, tal vez.
Sobre los
escombros de este amor
desfondado,
podrá alzarse el residuo,
la sombra
cierta,
el ser en su
plenitud más ausente.
Desde el
naufragio de estos versos
escritos en
esta noche de trenes,
abandonados
en la orilla,
desesperadamente
alzamos nuestros
brazos,
rendidos al
dios de ningún lugar
alzamos
nuestros brazos, y avanzamos
hacia una
sombra.
noviembre, 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario