domingo, octubre 04, 2009

El idioma salvaje de las sombras

Miro la vida desde una ventana,
las calles y la noche,
el chico ruidoso del burger
recogiendo las sillas de la acera,
la pareja que pasea en silencio
su amor libre de herrumbre.
Miro una vida que nunca he vivido,
fotografías como víctimas
de un tiempo de almonedas y cintura,
la cabalgata de los mercaderes
por la que nunca quise transitar,
el idioma salvaje de las sombras.
Escribo y miro, y miro y voy pasando,
como la noche pasa sobre todas las calles,
sobre todos nosotros,
como la ciudad pasa a ser otra en la noche
y la noche avanza desuniendo almas,
y sé que su lenguaje —esqueleto obstinado,
algo como una verdad de puñal— me engaña,
como me engaño yo con estos versos.
Desde mi orilla miro las calles y la noche
—las sillas de las terrazas ya apiladas,
el chico del burger que ya no está—
y entre todas las cosas veo cómo los mimbres
uno a uno van destejiéndose
como si nada de lo que miro fuera cierto.


octubre 3, 2009

2 comentarios:

Luna dijo...

Miro la vida desde una ventana,

la pareja que pasea en silencio
su amor libre de herrumbe.

Miro una vida que nunca he vivido,

la cabalgata de los mercaderes
por la que nunca quise transitar,
el idioma salvaje de las sombras.

la noche avanza desuniendo almas,
y sé que su lenguaje —esqueleto obstinado,
algo como una verdad de puñal—
me engaña, como me engaño yo con estos versos.

Desde mi orilla miro las calles y la noche

y entre todas las cosas veo cómo los mimbres
uno a uno van destejiéndose
como si nada de lo que miro fuera cierto.


Enrique, probablemente no soy la única que te lee. Varias veces llegué con la intención de decir algo respecto a tus palabras en la respuesta al poema anterior, no atino cuales.

Me gusta señalar los versos que de alguna forma me llegan más hondo, aquí no se puede así que los recorté.

Encuentro siempre en tu poesía, una visión profunda de la realidad y la vida. Un decir que trasciende por eso tal vez, regreso una y otra vez a leerte.
Un saludo afectuoso, Luna.-

enrique sanmol dijo...

Mucho tiempo sin pasar por aquí.

A veces intento olvidarme de esta maldición de escribir, de esta realidad lejos de la otra. Nunca lo conseguí. La prueba son estas palabras, la prueba definitiva será ese próximo poema que, sin duda, colgaré por aquí.

La realidad es que no creo que las palabras que dejo dispersas por esta página trasciendan a nada o a nadie, pero no puedo evitar seguir por aquí.

Gracias, una vez más, por tu presencia, Luna, mis excusas por el retraso en contestarte.