lunes, septiembre 07, 2009

Otras dinastías

Después de tantas tardes de matadero y légamo;
de horas y horas amarillas viajando
como agua lenta
hacia otro lugar que no existe;
después de tantos sentimientos
extraños y ridículos
y de orientar mis velas hacia
cuerpos que ya no parten;
precisamente ahora, cuando el abismo canta
y percibo la música del bosque
con la exactitud que da lo nocturno
y el oleaje muestra su distancia inmutable
y el color está perdido y Dios bendice
nuestra locura grotesca, nuestra frívola levedad,
precisamente ahora
me digo que hubiera deseado tener tiempo.
Tiempo, tener tiempo. Tiempo grande e inmóvil,
de una manera limbo y nunca.
Tiempo aún, entre espejos y caídas.
Después de todo
había que perder la partida de estos versos,
la llaga submarina. Tener tiempo.
........................................A lo mejor,
antes de gastar nuestros pertrechos por estos caminos
hubiéramos querido luchar por otras dinastías,
que nos hubieran mentido mejor o algo más,
que nunca hubiéramos tenido casa propia
hubiéramos querido.
Después de tantas tardes de esta tipografía
clandestina. Precisamente ahora,
cuando el viento me espera y yo no llego.


septiembre 6, 2009

2 comentarios:

Luna dijo...

A veces me pregunto si es un monólogo o un diálogo? somos nosotros, solos o nosotros y ese algo más que nombramos poesía, o es ella, una parte indisoluble de nuestro yo interno, o quién sabe, algo más que no podemos definir...
Este poema me hizo lagrimear... tener tiempo... a veces uno ilusiona conque tenerlo es contar con muchos años, y creo que aunque sea eso en cierta forma, a veces, tener tiempo es darse cuenta de su valor haciendo que cada instante valga la pena. De qué valen muchos años, si los dejamos pasar de lado? y cuánto vale un instante que a veces se hace eterno? Bueno... creo que me extendí demasiado, muchos saludos Enrique, disfruto mucho al leerte, Luna.-

enrique sanmol dijo...

Salvo algunas excepciones, la práctica totalidad de los poemas que he ido escribiendo en los últimos meses se enmarcan en una serie que en su día denominé "Conversaciones con una extraña". Cuando no hay respuesta, esas conversaciones inevitablemente pasan a ser monólogos, conversaciones con nosotros mismos. La respuesta que espero es la propia poesía. Tal vez un día llegue a pasearse por aquí.

Muchas gracias, como siempre, Luna, por tu presencia y atenta lectura.

Un cordial saludo.