Desde la gloria al acecho
mi herida averigua sus límites
entre mis más íntimas palabras de ceniza.
Tras una ventana honda
el mar caracolea y vibra con la noche.
En realidad ya es hora -como temíamos-
de que cruce las líneas enemigas.
Ya hace tiempo
que nuestras tropas perdieron la guerra,
esa guerra que transcurre ilusoria,
llena de olvido,
en el mismo frente cada día;
esa guerra de calles seguras y salir ilesos
que nos rodea y abarca
mientras te desangras sin flores, volátil,
y obstinadamente hablas de mariposas
y labios.
Y sol afuera, ventanas cerradas,
abejas y silencio.
De Cantos suicidas
marzo 10, 2007
domingo, marzo 11, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario