viernes, mayo 19, 2006

Hombre que dice adiós

No cae la lluvia de este cielo de goteras,
no se extingue la noche bajo la luz del alba,
no habrá más palabras que entretejan sus raíces
en esta tierra sin verbo ni asomo de asombro.

Dijimos que la vida tenía las facetas
de un poliedro vencido,
que cada misterio nunca exhibía
definitivamente sus razones.
Lo intentamos,
ignorantes del mundo y sus designios,
poseedores de quimeras, a tientas,
lo intentamos,
aunque no supiéramos decir nada.

Si has decidido al fin partir,
limpiar el salitre de tus alforjas,
renunciar a tus rastros venideros,
si de verdad te irás, llévate contigo
la canción sin palabras de tu lluvia,
tus brazos siempre cerrados
de tan abiertos, el bosquejo sinsentido
de ti mismo. Si decides marchar,
desistir de este tiempo de desguace
con la culpa de lo extraño en tu frente,
aquí y ahora, llévate tu pedantería
y tus boletos hacia cualquier otro lugar
donde no existan orden ni sintaxis
frente a todo. Ten dignidad, di adiós,
que ésta sea tu última sacudida.
Serás entonces
el derroche más inútil,
el sintagma vacío,
porque ya no escribes.

mayo 19, 2006

2 comentarios:

cgahete dijo...

desgarrador, profundo, sincero, simplemente brillante.

Saludos.

enrique sanmol dijo...

Muy amables tus palabras, notwen, un verdadero placer contar con tu presencia por aquí.

Un saludo.