Tim Buckley –Song To The Siren (versión de Wolf Alice)
Un tren hacia el oeste; unas maletas llenas; unos fardos
informes; mujeres y niños y hombres crepusculares; ojeras insomnes; miradas perdidas; el llanto de un bebé y un frío que atraviesa entrañas y cerebros: la forma en que la luz se desvanece. Atrás la ingenuidad de las palabras, atrás las arengas propagandistas, la coartada mentirosa de una cruzada contra el imperio del
mal. El dolor, el sufrimiento infligido no importan. Las armas pueden más, las armas lo pueden todo. En Kíev, En Jartov, en Mariúpol los cadáveres se apilan como las hojas en los setos o en los recodos guarecidos del
viento, mientras tú y yo continuamos aquí, lejos del fuego y de la sangre, en la comodidad del sol, mientras me acuerdo, Bárbara, de las nubes que reventaban de hierro en Brest, mientras me acuerdo, Bárbara, de la estupidez de la guerra. Hacia occidente, donde aún la luz intenta desafiar a las tinieblas. Hacia el oeste, para empezar una vida de segunda
mano en otro idioma, en otra arquitectura. Lo cierto, lo terrible, no es la
muerte, o el frío, o el llanto, ni siquiera
la infamia: lo es la espera, la vida entre
sirenas ululantes, la soledad, el dolor de
la separación, no saber porqué el alba no nos concede
tregua. ¿Hasta dónde esta sequía de ti?
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