Being in love (Jason Molina),
versión homenaje de Glen Hansard
Dirás que no me viste
aquel día de marzo
en lo alto de la plaza.
En la radio Pavarotti cantaba
a la vita.
Tú, distante, sonreías.
Miopes contrabandistas del aún
que se resisten a certificar el final
pensábamos que podíamos preservar
nuestras cenizas en una botella
hasta que alguien me dijo haberte visto
con compañía en un garito del Carmen
(te juro que no lo creí). Después
sirenas de ambulancia creciendo hasta
estallar
y lentas luces blancas sobre una cama inmóvil.
(Miénteme,
mantenme en la mentira siempre a salvo,
en ese orden de invisibles partículas
que componen nuestro cuadro imposible
donde todo parece ser cierto,
donde alguien que no está
nunca puede ausentarse.)
Pasados tantos años, lejos
de aquella plaza y sus fantasmas,
tras aquella batalla silenciosa
—sin muerte, ni duelo, ni posguerra—
tan sólo quedaron unas heridas
y un rastro de silencio.
Definitivamente
tardamos tiempo en comprender
el lugar donde somos más nosotros.
Definitivamente
habitamos un lugar arriesgado,
nunca alejados lo suficiente.
Y, sin embargo,
donde fuera que una vez estuvimos,
adonde fuera que una vez partimos,
en ese lugar del nunca jamás,
tú sigues allí, sonriendo, distante,
en lo alto de una plaza.
aquel día de marzo
en lo alto de la plaza.
En la radio Pavarotti cantaba
a la vita. Tú, distante, sonreías.
Miopes contrabandistas del aún
que se resisten a certificar el final
pensábamos que podíamos preservar
nuestras cenizas en una botella
hasta que alguien me dijo haberte visto
con compañía en un garito del Carmen
(te juro que no lo creí). Después
sirenas de ambulancia creciendo hasta estallar
y lentas luces blancas sobre una cama inmóvil.
(Miénteme,
mantenme en la mentira siempre a salvo,
en ese orden de invisibles partículas
que componen nuestro cuadro imposible
donde todo parece ser cierto,
donde alguien que no está
nunca puede ausentarse.)
Pasados tantos años, lejos
de aquella plaza y sus fantasmas,
tras aquella batalla silenciosa
—sin muerte, ni duelo, ni posguerra—
tan sólo quedaron unas heridas
y un rastro de silencio.
Definitivamente
tardamos tiempo en comprender
el lugar donde somos más nosotros.
Definitivamente
habitamos un lugar arriesgado,
nunca alejados lo suficiente.
Y, sin embargo,
donde fuera que una vez estuvimos,
adonde fuera que una vez partimos,
en ese lugar del nunca jamás,
tú sigues allí, sonriendo, distante,
en lo alto de una plaza.
marzo 11, 2021
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