No basta
decir te quiero, tampoco
basta querer.
No me estoy
rindiendo, es sólo
que el
tiempo en algunas ocasiones
disfruta jugando
malas pasadas
y un lugar
en otro lugar
nos acerca
como la música a la sombra.
Que ya no
estemos cerca
en otra
estancia cualquiera del silencio,
que después
de haber perdido la tarde
no haya daño
o nostalgia de otros días,
que estos
minúsculos temblores de la noche
sean ceniza
con nosotros.
Es por ti,
ya lo sabes,
yo sigo
intentándolo, fracaso tras renuncia,
cadencia con
plumas de ángel roto
hasta que,
de una vez, la vida solucione
estos
rescoldos de prosa nublada.
Es cierto,
en esta
forma absurda de aprender,
cuando las
sombras vienen tan de lejos,
no basta
querer ni decir te quiero.
marzo, 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario