A veces intentamos mirar lejos
y la vista no nos alcanza,
y encontramos
sólo un cuerpo vacío,
un pensarte
por accidente
en el
interior de una rueda
que no cesa
de mostrarnos su cara
oculta a
todas las preguntas.
A veces
pretendemos regresar
a lugares
que no existen, a tiempos
en los que
nunca convivimos
(aunque tal
vez sí
y simplemente
lo olvidamos).
Quizás compartíamos
un refugio
en todas
esas baladas de abismo
que nos
hablaban de niños que no eran
y sueños que se fueron.
Posiblemente
todo fueran figuraciones,
todo lluvia
que no caía nunca,
todo laberinto que siempre huía.
Porque nunca
se es lo bastante rápido,
un día,
entre el acre humo de la pólvora
y la
nostalgia de las mentiras consentidas,
abatidos por
el último signo,
seremos
protagonistas, actores
de la muesca
de un pistolero.
Demasiadas
palabras, demasiadas distancias
para no
decir nada.
julio 4, 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario