Es tan absurdo estar aquí
sin saber cuándo será la primera
o la última vez. Girar
y girar en una danza sin fin
cada vez más y más pequeños.
Sólo vinimos para celebrar un funeral.
Pero esa no es la historia.
Cansado, te escuchaba adormecido
—lágrimas y silencio contra errores—
regresando en un tren hacia Valencia.
Casi vivos, tuvimos la cautela
de no repetir antiguos reproches.
Con nosotros Chet Faker no
acertaba:
hablar nunca nos resultó barato.
Saber que nos iremos, recordar
lo que ninguno se atrevió a decir.
Daremos una vuelta en un viejo seiscientos,
tomaremos un camino solitario,
luna y mar, y unas trufas en tu bolso.
El tiempo nos dirá
cuándo, a dónde nos fuimos.
noviembre 30, 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario