lunes, octubre 28, 2019

Entre bares


                          Between The Bars - Elliott Smith


De nuevo el lenguaje nos lleva
a través de caminos de guijarros.

Te diré que fuimos niños furtivos
volando cometas sin viento,
navegando barcas sobre la arena.

Sucede que no puedes dejar de recordar,
que te gusta el no-ser, lo que no fue,
mutilar secretos de poemas cotidianos,
frecuentar bares
en las ciudades destino de trenes
que no tomaste.

Ya no te espero.

Cuando sepamos despedirnos
y una mirada esteparia nos delate,
sobre antenas y muros,
a través de una ventana orientada hacia ayer
leeremos libros de chimenea y bosque,
destronaremos el juego y sus reglas
y desentrañaremos los secretos del agua.

Al fin conoceremos
la rotación en sepia de los cuerpos vencidos.

octubre 19, 2019

viernes, octubre 18, 2019

Acabado


Se quedó mirando por la ventana
dejando pasar la tarde, dejando
pasar el tiempo.
Ese tiempo que, a galope tendido,
inevitablemente, se acababa.
Se acababa la vida y sus rutinas,
toda esa música que acopiaste para nadie
y la carne y el demonio y la lluvia
y aquellas huellas junto al precipicio.
Desde la sepultura de una sombra,
se quedó mirando artilugios
y otros murmullos sin sentido:
las estrellas y el asombro,
la piedra semipreciosa de imágenes perfectas,
la balanza de la mezquindad.
También aquellos escasos momentos
de gestas e inacciones descontroladas,
incertidumbres y pistas que, una tras otra,
me alejaban de mí.
Palabras,
voces que obedecen hasta destruirme
a un oráculo que alguien
creyó  oír una tarde
mirando por una ventana
dejando trascurrir un tiempo
que sabíamos acabado.

octubre, 2019


martes, octubre 01, 2019

El nombre de la rosa


¿Debo recorrer el mismo camino
para comparecer de nuevo aquí,
en este lugar donde albas y crepuscularios
dormitan, donde todos los sonidos
parecen oxidarse entre restos de escarcha?
¿Reproduciría como un autómata
los mismos pasos para culminar
en la estafa de un eterno retorno?

La nostalgia torna en desierto
todo lo que parece ser ahora,
todo aquello que nos maneja
para arrasarnos sin piedad.
La maldita prudencia —ya lo dijo Frost—
una y otra vez nos conduce
hacia los caminos más transitados.

Tal vez por eso ahora pienso en ti,
entre gentío y sonidos distantes,
fantasma que viene y va, persistente,
en los extremos de una evocación
sentada a los pies de la vida,
aferrándote a mí —al estúpido de mí—
en aquel bajo transformado
en triste discoteca de suburbio.
Tu melena corta, suave y rizada,
tu cara pecosa y tus pechos cálidos,
una música entre desconocidos
y aquella despedida sin relojes

para no saber nunca más de ti
y nunca más decidirme a buscarte.

Todo tan lejos de este invierno fronterizo.

¿Por qué recuerdo ahora aquella calidez?
¿a dónde, desde aquí, nos llevan estos pensamientos?
¿a qué desgarradura que no hayamos zurcido?

Todo es lo mismo,
aquellas palabras, la próxima
estación y la siguiente,
¿acaso no podemos cambiar nada?
¿seguirá el juego atormentándonos
por el camino no tomado?

Dijo tan poco para decir todo
y ni siquiera recuerdo el nombre de la rosa.


julio, 2019