Una vez más, lentos, vendrán los días
amontonando rutinas
oscuras.
Va a ser
así, sin duda. Así dejará el tiempo
su furtivo
rastro de sangradura.
Yo estaré donde los libros de aquella
academia
abierta al mar, aletargado,
donde la red
apresa las palabras
que nada
saben decir de nosotros.
Pensábamos que todo se sostenía solo,
que el
pálpito sería eterno en nuestra efigie,
que no era
necesario que forjásemos nada.
Pudimos haber sido aquellos libros,
un calendario
abierto a otras citas.
Pudimos haber
sido otras historias,
un
caleidoscopio de otro milenio,
no esas
nubes corriendo hacia este lado
de la
soledad.
Y nosotros aún,
siempre extraños
al sol,
esperando,
esperando, esperando.
junio 13, 2019
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